Las hacen gratis en hospitales públicos con procedimientos de última generación. Beneficiará a unos 100 mil afectados. El programa, a cargo del ministerio de Salud provincial, fue presentado por expertos argentinos en Londres.
Las modernas técnicas de la neuromodulación permiten a buena parte de las personas que sufren discapacidades motoras, secuelas de accidentes cerebrovasculares, enfermedad de Parkinson, lesiones medulares y neuralgia del trigémino, entre otros cuadros severos, mejorar notablemente su calidad de vida e incluso reducir casi totalmente los síntomas.
La capacidad de estas intervenciones de reducir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida motivó al ministro de Salud, Alejandro Collia, a generar un Programa Provincial de Neuromodulación que evaluará y cubrirá las prácticas en forma gratuita.
“Tenemos a los máximos especialistas en nuestros hospitales, contamos con servicios de excelencia y estamos formando una red para facilitar el acceso de los pacientes a estas intervenciones contó Collia.
El ministro explicó que la llamada neuromodulación “consiste en procedimientos quirúrgicos, principalmente neurológicos, que se utilizan “para restablecer el equilibrio del sistema nervioso central, ya sea por destrucción de las áreas que generan los trastornos o bien mediante la implantación de neuroestimuladores que permiten disminuir el dolor o atenuar los síntomas.
Los expertos argentinos Juan Carlos Andreani y Fabián Piedimone acaban de llevar al Congreso Mundial de Neuromodulación, que se llevó a cabo en Londres, un póster presentación en el que dieron a conocer la puesta en marcha del Programa Provincial de Neuromodulación y Neurorehabilitación Quirúrgica, que ya comenzó a emplearse en algunos hospitales públicos bonaerenses, sin costo alguno para los beneficiarios.
Se estima que unos 100 mil pacientes de la provincia con padecimientos graves podrían verse beneficiados por este tipo de cirugías.
EL PEOR DOLOR
Andreani contó que de todas las patologías que pueden abordarse con neuromodulación las que se observan más frecuentemente son las secuelas de accidentes cerebrovasculares, como la hemiplejía espástica -que se manifiesta con la contracción permanente de uno de ambos brazos y mano contra el pecho-; los síntomas de parálisis y temblores propios de la enfermedad de Parkinson, dolores crónicos por hernias de disco o por enfermedades oncológicas; muñones amputados dolorosos o la neuralgia del trigésimo.
Esta última es una de las patologías más dolorosas que se conocen, motivo por el cual se la ha llamado también la “enfermedad del suicidio”. Provocada por un trastorno del nervio trigémino, genera un dolor tan intenso en el rostro que los pacientes lo comparan con tener un brasa encendida sobre la cara en forma constante.
En estos casos, cuando se agotan todas las instancias farmacológicas posibles y el dolor persiste, los especialistas en neuromodulación realizan operaciones descompresivas neurovasculares. “Lo que hacemos es una reparación microquirúrgica del nervio craneal responsable del dolor”, contó Andreani, y agregó que estas técnicas son útiles también para el tratamiento de tics faciales. Si así y todo no pudiera revertirse el dolor, es posible introducir un electrodo que se ocupa de inhibir las áreas que lo generan.
Para el control del temblor, la rigidez y el dolor en pacientes con mal de Parkinson, la neuromodulación permite colocar, mediante una cirugía, un neuroestimulador en zonas profundas del cerebro que luego se irá calibrando desde el exterior a fin de reducir los síntomas y, por consiguiente, mejorar en forma notoria la calidad de vida de los afectados.
También existen procedimientos específicos para disminuir dolores intensos en pacientes con cánceres. Andreani detalló que “hoy es posible colocar una bomba de infusión electrónica debajo de la piel, en el abdomen, que de manera constante inyecta medicación específica en el líquido cefalorraquídeo (que baña el encéfalo y la médula espinal), lo que reduce notablemente el dolor intenso”.
DESTINATARIOS
No obstante, los expertos explican que no se trata de procedimientos “para todo el mundo”: “A estas intervenciones se llega después de haber intentado todo, es decir, son tratamientos de alta complejidad que se deben indicar tras una exhaustiva evaluación y siempre que otros procedimientos menos invasivos no hayan dado resultado”, explicó Andreani, quien además de coordinar el nuevo programa provincial es vicepresidente de la Sociedad Argentina de Neuromodulación.
Por eso, insistió el especialista, se está conformando una red con los servicios de neurología, rehabilitación, tratamiento del dolor crónico y psiquiatría ya existentes en hospitales provinciales, para evaluar todas las variables de cada paciente y optar por el tratamiento más adecuado según el caso.
Esto tiene, además, una razón de costo-beneficio: la tecnología que se utiliza suele muy ser costosa, los médicos que intervienen requieren de capacitación altamente calificada y, por lo tanto, “los recursos deben utilizarse siempre que realmente existan chances de mejorar el estado actual del afectado, posibilidades que no se presentan en todos los casos”.
QUÉ SE PUEDE TRATAR:
Algunas de las afecciones que es posible tratar con neuromodulación y neuroreahbilitación quirúrgica son:
- Paraplejia espástica o dolorosa
- Parálisis cerebral espástica
- Secuelas de ACV
- Neuralgia del Trigémino
- Distonías de Torsión somáticos o cervicales
- Espasmos faciales
- Tics generalizados (síndrome de La Tourette)
- Enfermedad de Parkinson
- Movimientos anormales
- Muñón amputado doloroso
- Dolor crónico, por ejemplo lumbociáticas por hernia disco o patología de columna, dolores neurálgicos u oncológicos
- Distonías de cualquier etiología
- Algunas formas de epilepsia refractaria